lunes, 19 de octubre de 2015

MACA

En este nuevo post, vamos a analizar El Museo de ArteContemporáneo de Alicante (MACA) desde los siguientes puntos:


LAS CUESTIONES DE LA PERCEPCIÓN Y LA FENOMENOLOGÍA EN LA ARQUITECTURA

  1. LA COMPLEJIDAD. Una medida de la calidad. Analizaremos si el edificio tiene espacios ambiguos, espacios intermedios. Una lectura compleja. Sensaciones sorprendentes, inesperadas. La complejidad como un aspecto positivo.
  2. LA FRAGMENTACIÓN. No ofrecer una lectura completa. Visiones parciales, incompletas, que no nos permiten entender inmediatamente el edificio.  Que seamos nosotros los que con nuestra vivencia personal los que comprendamos el edificio.
  3. LOS COLORES Y LAS TEXTURAS. Respuestas emocionales, culturas, climas.
  4. LAS LUCES, LAS SOMBRAS Y LAS OSCURIDADES.
  5. LA PERCEPCIÓN DEL TIEMPO. Lo efímero, lo degradado.
  6. LA EXISTENCIA DE REFLEJOS, DE VISIONES. Efectos ópticos.
  7. EL SONIDO.
  8. EL TACTO.
  9. LA PROPORCIÓN. Relación de nuestro cuerpo con el edificio.

1.     COMPLEJIDAD

En cuanto a la cuestión de la complejidad, el primer punto que llama la atención conforme nos aproximamos es la integración del volumen de la Casa de la Asegurada como anexo a la obra nueva. El nuevo edificio restaura y amplía la antigua construcción civil, convirtiéndola en el acceso principal y revalorizando lo existente.

El cosido que realizan los arquitectos con la implantación del nuevo volumen en un escenario histórico consigue respetar lo antiguo al tiempo que construye un nuevo trozo de ciudad más dinámico, lo cual creemos que es un valor positivo.

Una vez que nos adentramos en el museo, una espina central ordena los recorridos y el programa, que se articula en cuatro niveles. Este tratamiento distributivo no nos condujo en ningún momento a la desorientación, sino que más bien parece tratar de ayudar al visitante dándole un punto de referencia fijo en cada planta.

Al salir del núcleo de comunicación anterior, los espacios expositivos y demás usos complementarios se organizan en planta de manera fragmentada dentro de la compacidad del volumen que los contiene. Pero el punto que sirve de detonante para entender el conjunto es sin duda la elaboración de la sección. Ésta es la que consigue mezclar el aire, la luz y la visión de los distintos espacios en una unidad más compleja.

Al recorrer cada una de las plantas nos dio la impresión de encontrarnos bajo un juego de dilataciones y compresiones espaciales que conectaban diagonalmente ámbitos a priori independientes, proyectando unos espacios en otros, llegando a estirar sus límites más allá de sus dimensiones geométricas reales.

                                   
Al hilo de lo anterior, la importancia de la escala como mecanismo generador de sorpresa nos pareció fundamental. Pasar de examinar con minuciosidad una obra exhibida donde casi se produce el contacto físico, a voltear la vista y alcanzar con la mirada visuales que abarcan todo el conjunto se convierte en una poderosa sensación que embauca al usuario. Este continuo ir y venir entre lo pequeño y lo grande, entre la cercanía y la lejanía, entre el dominar una obra expuesta y ser dominado por la obra que te envuelve, supuso un estímulo para los sentidos.

En algunos momentos da la impresión de que la escala juega con el sujeto manipulando su vista, propiciando una multiplicidad de miradas a su entorno. Se conjugan en pocos metros, incluso centímetros, dos escalas entre las que existe un enorme umbral físico, pero que el espectador siente muy cercanas en el tiempo, el de pasar de una a otra. Y este enorme límite parece ser borrado con un simple giro de la mirada.

El siguiente punto que merece ser analizado dentro de la cuestión de la complejidad es que, mientras que el interior se ve afectado por esta riqueza espacial, a la vez contrasta con una serenidad material a base de extensos paramentos blancos y de travertino. En este sentido, no parece que los arquitectos hayan querido utilizar recursos materiales que polemicen el espacio, sino más bien apostar por unos elementos neutros que sirvan de marco para respaldar los infinitos volúmenes interiores. De esta reflexión se deriva una primacía de lo visual sobre lo tectónico, puesto que apenas nos sentimos estimulados a explorar texturas en el interior.

Sin embargo, esta impresión de escasez material queda totalmente traspuesta una vez que examinamos el exterior, cuyos espacios están generados por el tallado del volumen en la cubierta. Su riqueza material nos pareció muy superior a la del interior, como si quisiese atrapar el paisaje en su materia, en el reflejo que genera una doble piel de vidrio serigrafiado.

De esta manera, asistimos a una ambigüedad entre interior y exterior, y en esta dualidad nos parece que está la clave de su complejidad. Mientras que el interior serena al visitante y lo acoge entre las obras de arte, el exterior nos pareció claramente autónomo, menos preocupado de interactuar con el usuario y más interesado en integrar el paisaje urbano, reflejándolo con sus materiales y recuperando la condición táctil que parecía "perdida" en un primer análisis del interior.


2.     FRAGMENTACIÓN

Podemos explicar el edificio como la sustracción y subdivisión de la forma simple, que genera una percepción espacial más compleja.

La articulación espacial está delimitada por unos planos abstractos que configuran la presencia de un orden visual y en la relación cambiante de la figura y el fondo.

Podemos, por tanto, deducir la existencia de dos niveles en esta arquitectura; el que se fundamenta en el sistema de relaciones entre sus elementos, esa plasticidad de los planos materiales, donde reside la primera comprensión de la forma, y aquel que pertenece al olvido de las predeterminaciones formales, más cercana a la experiencia en sí del espesor de la espacialidad.

En el primer caso, los elementos arquitectónicos tienden a presentarse en su singularidad, y permite reconocer intervalos, o distancias entre ellos. Es el ámbito que nos permite definir articulaciones espaciales, donde la geometría constituye una herramienta fundamental.

En el segundo, los flujos, las continuidades que escapan al análisis tradicional, intensifican la experiencia desde su necesidad, y tienden a trastocar la estabilidad formal del inicio.

En el interior, nos encontramos con un espacio rítmico, resultado de la suma de varios espacios diversos. Es un espacio global, total, a base de espacios diversos que se leen sucesivamente al ir recorriéndolos sin solución de continuidad. El interior del edificio anexo, la Casa de la Asegurada, también se ha restaurado con los mismos criterios con los que se ha levantado la nueva pieza. No es un edificio de sorpresas, vamos conociendo los distintos espacios que configuran el edificio a medida que lo recorremos, además de estar este recorrido muy pautado. Por lo tanto, no es difícil con nuestra vivencia personal entender el edificio.

Funcionalmente el edificio se articula en torno a un eje central de circulaciones que une el edificio de la Asegurada con las diferentes zonas de nueva planta, tanto horizontal como verticalmente. Este eje principal divide el edificio en dos áreas claramente diferenciadas, tanto desde el punto de vista funcional como desde el espacial.

El espacio interior expositivo queda delimitado por la luz diáfana y continua de Norte, que valora tres situaciones espaciales-expositivas; un primer nivel horizontal en continuidad con un ritmo de compresiones y dilataciones verticales, un segundo nivel de salas transversales que se relacionan con las dilataciones verticales y, finalmente, la planta superior con un espacio horizontal al que se contraponen espacios sincopados verticales y horizontales. Esta sala cose los tres patios.

Todo esto nos ofrece una lectura completa y obtenemos una visión general del edificio, que como ya hemos comentado hace que no encontremos espacios que nos sorprendan.

En definitiva, esta sucesión de espacios relacionados entre sí, permiten seguir entendiendo su unidad y en determinadas zonas ofrece una lectura completa del espacio como ocurre en los patios o los núcleos de escaleras.

Pese a ser un edificio que como ya hemos comentado ofrece pocas sorpresas, durante su recorrido a través de la obra exhibida es fácil desorientarse entre las distintas áreas expositivas que generan recorridos de ida y vuelta. Y los “patios” verticales, que atraviesan distintos niveles, ayudan a orientarse.



3.     COLORES, TEXTURAS Y MATERIA

Analizando el edificio de exterior a interior, en primer lugar se utiliza en la fachada exterior una fachada ventilada de mármol travertino, donde las piezas dan una sensación de irregularidad, debido a que están colocadas de tal manera que visualmente unas salen del plano vertical más que otras, lo que ayuda junto a la textura rugosa del mármol, a nuestro parecer, a poner en valor la fachada de la Basílica, crear una relación con el lenguaje conventual de la Iglesia y englobar dentro de un bloque único el antiguo edificio del Museo de la Aseguradora.

En la fachada exterior de mármol travertino observamos que se colocan unas pletinas de acero inoxidable, las cuales nos parece que su utilización marca un doble ritmo superpuesto al propio del despiece material y también muestra que consigue aumentar la escala de piedra, lo que como habíamos comentado antes ayuda a que la fachada se adapte perfectamente con el entorno.

Por otra parte, en la zona exterior, exactamente en la zona de cubiertas, todo el volumen pétreo se remata con una pieza vítrea muy definida volumétricamente y rota por una doble piel transparente, mediante un panel composite serigrafiado y un vidrio laminar serigrafiado. Ésta pieza nos produce una impresión de desmaterialización, ya que además de lo dicho da una gran sensación de ligereza y nos muestra una relación con el horizonte, el cielo, el Castillo Santa Bárbara.


En cuanto al interior del edificio lo primero que observamos, es como la piedra caliza utilizada en el pavimento exterior crea una continuidad espacial y material fusionando el espacio, incluso mantiene una cierta textura rugosa. La piedra en algunos puntos parece accidentada, es decir con algunas concavidades que dan naturalidad al pavimento, aunque mantienen un color con una tonalidad muy clara y neutra. Las paredes de la entrada de primera impresión son todas neutras de color blanco y textura lisa, lo cual a nuestro suponer es correcto porque observamos que prioriza la visualización de los arcos de piedra antiguos, y nos da un efecto de potencialidad a éstos con su alta rugosidad de la piedra contrastada con un espacio que parece un lienzo blanco, donde los arcos quedan enmarcados.

El MACA es una arquitectura donde la textura, nos da la impresión de que ya no es el acabado superficial de la materia, sino la vibración del material activado por la luz, y por lo tanto tiende a cuestionar la Forma, en lo que esta tiene de código convencional.


En esta obra nos dimos cuenta de que la percepción táctil recrea un ámbito, y una atmósfera, que anticipa el diálogo con las futuras colecciones del MACA. En la obra la textura es una de las polaridades que constituyen el marco donde se despliega el sentido de esta obra arquitectónica.


4.      LAS LUCES, LAS SOMBRAS Y LAS OSCURIDADES

Como ya se ha comentado, el conjunto construido es un volumen compacto que conserva, en la fachada principal, tanto la altura de la Casa de la Asegurada como el tratamiento de la piedra. El espacio interior busca el recorrido cenital de la luz hasta llegar a las cubiertas donde se abren unas cajas de vidrio que actúan como prolongación de este espacio interior.

Este volumen se remata con una pieza vítrea, volumétricamente muy definida, rota por una doble piel transparente que rompe el volumen con juegos y reflejos. Así pues, el volumen vítreo introduce luz tamizada y homogénea al interior.


El efecto que tiene la luz al ocupar los distintos espacios que atraviesa nos hace percibir el conjunto de forma homogénea. Además, consideramos que la luz en este proyecto tiene por sí misma un valor decorativo o ambiental independiente de los valores funcionales.

La violencia de la luz mediterránea y la intensidad del cielo se tamiza y apreciamos ese juego que se produce con los volúmenes simples y blancos del interior, creemos que, si los trasladamos a una ubicación con un ambiente más brumoso, con una luminosidad difusa y blanda, desaparecería este juego, se amortiguarían las sombras y, con ellas, se desharían los volúmenes.

A nuestro entender, el juego de volúmenes y colores responde a las características de la luz del lugar.
La luz natural nos ofrece sensaciones difíciles de conseguir con otros elementos. Nos proporciona calidez y nos transporta a un espacio conformado por estos planos de luz homogénea. Entendemos que más luz no implica mejor iluminación, aunque en el MACA creemos que se ha conseguido encontrar esa unión entre la calidad de esta luz además de la cantidad.

Constructivamente el volumen pétreo exterior se realiza mediante una fachada ventilada de mármol travertino romano de Tívoli tipo Caesar blanco, en la que se presta especial cuidado a la escala y el despiece de la piedra para poner en valor la fachada de la Basílica. También aquí se tiene en cuenta la iluminación y se colocan unas pletinas de acero inoxidable en el despiece de la piedra que marcan un ritmo característico y producen unas vibraciones de luz y sombra que modifican la fachada a lo largo del día, además estos efectos de luz y sombra nos dan la sensación y nos hacen percibir los aplacados de mayores dimensiones.


5.     PERCEPCIÓN DEL TIEMPO

No podemos decir que ésta sea una obra de recorridos trazados por los arquitectos de un modo intencionado, por lo que el tiempo no parece transcurrir de una manera lineal.

Se trata de un espacio global entendido como varios espacios que se leen simultáneamente al ir recorriéndolos. La simultaneidad de los espacios permite visualizar diferentes exposiciones al mismo tiempo desde cualquier punto del espacio, gracias a la cascada de salas en doble altura, lo cual da la sensación de avance y retroceso sobre nuestros pasos durante la visita. Esto permitió que las obras se asimilasen de una manera distinta, al poder "revisitarlas" visualmente con frecuencia.

La percepción del tiempo queda de esta forma distorsionada e incluso "estirada", ya que hay obras que entendimos mejor visualizándolas a una mayor distancia, aunque hubiésemos en un primer momento examinado sus detalles, por lo que la sensación de recurrencia en el tiempo resultó bastante potente

Esta impresión de repetición vino acompañada por una percepción de "encuentro entre las diferentes exposiciones". Incluso aunque la temática de las obras exhibidas no fuese del todo similar en el momento de la visita, pudimos relacionarlas visualmente y a través de la memoria.

6.     EXISTENCIA DE REFLEJOS Y VISIONES ENGAÑOSAS

En la zona de entrada encontramos, como hemos medio comentado antes, un espejo de dos caras que por una parte refleja los objetos, esta parte se encuentra estratificada o visualmente fisurada, por una serie de luces que distraen nuestros sentidos ayudando a jugar con la espacialidad y distorsionando la realidad. En cambio, por el otro lado la visión que nos dio fue la de una ventana polarizada permitiéndonos observar toda la espacialidad sin ningún efecto óptico engañoso.

La última sala del edificio cose tres patios, negro, blanco y dorado. Este volumen vítreo se ha comentado anteriormente como estaba formado, por una doble piel exterior formada por un panel composite serigrafiado (al interior) y un vidrio laminar serigrafiado, separado una distancia determinada de la piel interior, a su vez se utiliza canicas en vez de grava para la cubierta. La doble piel serigrafiada de vidrio nos provocó un conjunto de juegos y reflejos perceptivos de “moiré” visual, dando la impresión de evocar los temas plásticos elaborados por Sempere. Debido a que los tres patios están serigrafiados con cualidades diferentes –espejo, blanco metalizado y blanco dicroico- nos aportó a su vez tres efectos ópticos distintos que hacen relación al movimiento (blanco metalizado), a la luz (blanco dicroico) y al paisaje (espejo).

El edificio nos da la sensación de que está trabajado dentro del territorio arquitectónico en torno al mundo perceptivo-plástico jugando con las estrategias de la percepción a través del movimiento, la luz y los materiales; con el color y con los efectos que surgen del manejo de las leyes ópticas y su interpretación visual.

FUENTES CONSULTADAS

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